Español
Juana Francisca Torres Cabrera
Argentina
Jujuy
Mercedes Susana Salazar contó que el día que sacaron del penal a Dominga Álvarez de Scurta, Juana Francisca Torres Cabrera y María Alicia del Valle Ranzoni, ella subida en un banco, vio a un policía, y luego por los dichos de celadoras supo que era el ex comisario de enlace con el Ejército en el Área 323, Ernesto Jaig.
Salazar dijo que el período que va del 1 al 10 de junio de 1976 las víctimas fueron sacadas de la celda, a la que retornaban a la noche, destruidas por la sesiones de torturas a las que eran sometidas por Jaig, quien les había dicho que «las iba a matar».
Las tres mujeres estaban «aisladas» porque eran consideradas «peligrosas» por lo represores, subrayó el testigo.
Cuando era sacada del penal por última vez, Juana le entregó a Gladys Urtunduaga, también detenida en el penal, una cadenita de oro para que se la entregara a su hija cuando saliera de la cárcel, pero esta última no pudo hacerlo porque cuando fue trasladada desde Jujuy a Devoto, allí «se la robaron».